Cabeceros originales y de estilo vintage: tendencias deco

Si no sabes cómo dotar de carácter tu dormitorio o cualquiera de los dormitorios de tu hogar, no lo dudes y apuesta por los cabeceros originales. Lo mejor de estas piezas de decoración es que consiguen cambiar la estética de una habitación completamente y, además, no es necesario invertir demasiado dinero en lograr efectos maravillosos.

Las opciones en cuanto a cabezales para la cama son variadísimas. No obstante, a mí me parece una maravilla apostar por algunos de estos de estilo vintage y súper originales. Está claro que puedes optar por fabricar tu propio cabecero es ideal, aunque para aquellos más patosos con las manualidades (entre los que yo me sumo) es posible comprarlos ya con estos efectos vintage tan geniales.

Está claro que los cabeceros originales de madera se están imponiendo como la tendencia en decoración más arraigada, pero si hablamos de estética vintage no podemos olvidarnos de los cabezales para la cama acolchados. Estos los podemos encontrar en un montón de colores y no son muy caros. Además, también es posible recurrir a una estructura de cama siguiendo la misma estética.

CABECEROS ORIGINALES DE MADERA

Como os decía, a mí los cabeceros originales que más me gustan son los que apuestan por el uso de las maderas recicladas o envejecidas. En el mercado los podemos encontrar siguiendo muchas tendencias. Quizás una de las más llamativas es la que arriesga por los cabezales de madera con mensajes. Estos mensajes son tan variados como frases se puedan imaginar. Además, algo genial es que pueden ser totalmente personalizados.

Un cabecero de este tipo, en el que se ponen en jaque las tendencias más vintage que se puedan imaginar es ideal. Aunque, eso sí, hay que tener en cuenta que se trata de una pieza ultra arriesgada porque si no sabemos cómo combinarlo con el resto de la estancia puede aportar una sensación muy diferente a la que estamos buscando. Está claro que las maderas envejecidas son ideales.

Los cabeceros originales de madera son perfectos para cualquier dormitorio. Hasta, incluso, para las habitaciones infantiles más llamativas. Las diferencias las podemos lograr apostando por diferentes gamas cromáticas. Quizás lo más arraigado sea escoger tonos pastel o muy neutros para que a través del textil de cama se pueda variar el estilo de la habitación en cualquier momento.